Sobrasada como producto local mallorquín

Seguramente alguna vez os han preguntado que es aquello que más destacarías de tu país, región o localidad, ¿verdad? Cuál es aquel aspecto que tiene más valor o que más te gusta. Nosotros lo tenemos claro; la gastronomía. Una pasión que se intensifica aún más cuando viajamos al extranjero. Te pasa lo mismo, ¿no? ;) Hoy hablamos de un producto en concreto y que se identifica mucho con una región marcada. Y es que si hablamos de Mallorca, ¿cuál es uno de los productos que primero os viene a la cabeza?

Sí, la sobrasada. Un producto como embutido curado que se elabora a partir de la carne de cerdo. Y no de cualquier, porque la auténtica sobrasada mallorquina proviene del cerdo negro, una raza autóctona de las islas y que aumenta el nivel gastronómico del producto. A parte de esta certificación, además, también tratamos con un producto con Indicación Geográfica Protegida (IGP), que verifica su origen en las Baleares pero con la raza de cerdo blanco. 

De diferentes formatos y presentaciones, la sobrasada lleva elaborándose durante muchos años y la receta original ha ido pasando de generaciones de forma similar. Los condimentos base que la caracterizan continúan siendo la sal y el pimiento rojo, pimentón o ñora, añadida al ingredientes principal como es la carne de cerdo. Aunque la receta original mallorquina se basa casi siempre en los mismos ingredientes, según la región, podemos encontrar de diferentes variedades. Eso sí, aun hoy en día se continúan realizando las auténticas matanzas del cerdo autóctono, hecho que favorece la distinción de producto. 

La sobrasada puede ser dulce o picante (coent, como dirían en Mallorca) y, además, si podemos añadirle una característica más específica y concreta diremos que, en algunos casos, existe el uso de una variedad de pimiento rojo sólo cultivada y procesada en esta isla, el tap de cortí, encargada de aromatizar y saborizar muchas de las recetas típicas mallorquinas, aportando así una mayor personalidad balear al producto. 

La forma más tradicional y típica de comer sobrasada es untarla sola en una tostada de pan. Además, como dato curioso, las generaciones más antiguas la untaban directamente con el dedo gordo de la mano, una práctica que hoy en día se sigue viendo en las auténticas casas mallorquinas. Con el tiempo, además, la sobrasada ha ido adquiriendo diferentes usos gastronómicos y, hoy en día, también se utiliza mucho como condimento para las croquetas, huevos rotos, pizzas, cazuelas, cocas... o incluso en arroces y en chocolate. ¿Y sabes con qué ingredientes forman un binomio perfecto? Con los quesos y la miel. ¡Una auténtica delicia! 

La sobrasada clásica siempre ha sido tratada como embutido, donde el estómago era el formato más tradicional con piezas de 1 a 10 kg. Aún así, hoy en día también se elaboran otros formatos como la sobrasada en crema, especialmente para untar directamente y presentado en tarrinas de 200 gr o 1 kg. 

El origen del nombre de este producto se debe a uno de los procesos que pasa la carne para la elaboración de la sobrasada, el picado. Y es que se cree que el origen del nombre proviene de Italia, donde se practicaba la técnica de la "sopressa" , con el significado de picar la carne para embutir. Gracias al comercio marítimo, el producto llegó a las costas del Mediterráneo a Valencia y Mallorca, donde se continuaba diciendo "sopressa" o "sopressata" al picado de la carne. Con el tiempo, la palabra acabó derivando a sobrasada, como ya la conocemos hoy en día. 

En la 4a edición de nuestra revista, ¡encontrarás una receta de arroz cremoso con sobrasada! ¡Pruébala aquí!